Thursday, July 01, 2010

Rómulo

Se fue y volvió tantas veces porque sí, que en uno de los regresos, al darse cuenta de aquel peregrinar eterno en que se había convertido su vida sin más razón que el huir por gusto, decidió jamás irse otra vez. El único problema, el cual descubrió casi al azar días después de tomar aquella decisión, fue el haber quedado varado a la deriva en tierras desconocidas y sin poder dar marcha atrás. Su propia valentía lo había derrotado al querer ser heroico sin siquiera saber dónde estaba pisando, obligado a detener su travesía de golpe y a la fuerza con la arbitrariedad y el fatalismo de creer a ciegas en el destino. Las Cruces se convirtió en su lugar porque sí, sin amor ni arraigo ni memoria. Unido a ese pueblo verde por el hilo débil de un acto de consciencia, Rómulo comenzó de nuevo.